Shadamy 153

Shadamy 153
Del odio al amor hay un solo paso.

sábado, 15 de junio de 2013

Capitulo 6

Shadow:
 Fran logró escapar mientras detenían a la chica. Quise ir tras él, pero ya me habían cazado. Me empujaron contra la pared y me pusieron las esposas.
- Shadow, ¿ cuándo aprenderás?- se mofó uno de los guardias.
- Tú no podrás ver ese día porque estarás de guardia de seguridad  en un centro comercial.
Me encargaría de ello en cuanto pudiera.
- Qué gracioso-. Hizo una mueca antes de empujarme hacia el coche-. Vamos, esta noche dormirás en el calabozo.
La eriza no dejaba de gritar y se resistía a entrar en el vehículo. Estaba toda desaliñada, pero aún así exhibía  un cuerpo increíble... y bastante ágil. Colocó una pierna en la puerta y empujó hacia atrás provocando que dos policías tuvieran que reducirla. Finalmente entró y comenzó a dar patadas a los asientos. Sonreí.
- Señorita, cálmese o tendrá problemas.
- ¡Ya los tengo! ¡Le juro que se arrepentirán de esto!- les gritaba, y yo opinaba lo mismo-. Yo solo iba hacia mi casa cuando este gilipollas- dijo señalándome con la cabeza. Alcé una ceja, incrédulo- sacó al taxista del coche y comenzó a conducir como un loco.
- Todo eso podrá contarlo en comisaría. 
-  ¡¿Qué?! ¡Oh, Dios mío!-. Dejó de hablar y se desplomó en el asiento.
Por fin pude observarla con tranquilidad. Era increíblemente guapa; piel pálida y tersa, labios carnosos, nariz perfecta y unos ojos verdes deslumbrantes. Casi iluminaban la penumbra del vehículo. Tenía el cabello muy largo y liso, de un rosa más pálido que chillón. Del cuerpo no pude ver mucho, pero apuntaba maneras.
- ¿Qué coño estás mirando, imbécil?- me preguntó clavando aquellos ojazos en los míos. Jamás había visto una belleza igual.
- ¡Eh, tranquila! Deberías relajar el labio... mira, se hace así. -. Comencé a mover la boca lentamente.
- Serás... -. Se lanzó a por mí.
Poco podía hacer con las manos detrás de la espalda, pero un mordisco podía hacer daño.
- Jorge, esta chica intenta matarme- le dije a uno de los policías en tono jocoso.
- Si lo consigue, le estaré eternamente agradecido.
- ¡Ja! qué gracioso-. La empujé con un hombro-. ¿A qué comisaria vamos?
Jorge me miró con cara de pocos amigos mientras la eriza me enviaba miradas asesinas.
- Ya lo sabes.
- No, no lo recuerdo- ahora me tocaba mofarme a mí. Sabía exactamente donde nos dirigíamos.
- A Trevi, y ahora cállate- me gruñó el policía.
Trevi, perfecto. En una hora estaría en la calle.

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